Instalar un sistema de osmosis inversa es una decisión inteligente, pero para obtener sus máximos beneficios es fundamental realizar un adecuado mantenimiento. Un equipo sin revisión periódica puede perder eficiencia, disminuir su capacidad de filtración y afectar la calidad del agua.
En este artículo explicamos cómo se realiza el mantenimiento de osmosis inversa, cada cuánto hacerlo y qué aspectos son clave para asegurar un rendimiento óptimo.
¿Por qué es importante el mantenimiento?
Con el tiempo, los filtros y la membrana acumulan sedimentos, sales y partículas que reducen la presión del sistema y su capacidad de filtrado. Sin una limpieza adecuada, el equipo puede trabajar de forma forzada, consumir más energía y entregar agua menos pura.
Elementos que deben revisarse
- Prefiltros de sedimentos – deben cambiarse cada 6 meses.
- Filtro de carbón activado – evita el paso del cloro; se recomienda reemplazar cada 6 a 12 meses.
- Membrana de osmosis inversa – puede durar entre 2 y 4 años según el uso.
- Conexiones y presión del sistema – deben revisarse al menos una vez al año.
- Postfiltro o remineralizador – ayuda a mejorar el sabor del agua.
Signos de que el sistema necesita mantenimiento
- Disminución del flujo de agua.
- Cambio de sabor u olor.
- Presión baja constante.
- Ruidos extraños en la bomba o válvulas.
Mantenimiento profesional vs. mantenimiento básico
El usuario puede reemplazar los filtros, pero se recomienda una revisión técnica anual para evaluar el estado de la membrana, detectar fugas y garantizar que el equipo esté trabajando con el rendimiento adecuado.
El correcto mantenimiento de osmosis inversa asegura una vida útil prolongada del equipo y una calidad de agua excepcional. Cuidar el sistema es cuidar la salud, la inversión y el bienestar de quienes lo utilizan. Un equipo bien mantenido trabaja mejor, consume menos y garantiza pureza en cada gota.


